BARRIO QUILMES
El cronista de Sudamericana
estuvo en el Barrio Quilmes donde el sábado se desató una violenta pelea entre
vecinos, que tiene antecedentes de vieja data. Cuatro hombres y una mujer
resultaron con fracturas, cortes y palazos. Integran grupos peleados desde hace
10 años. Antes hubo tres homicidios y una larga lista de apuñalados y baleados.
Explotó la bronca luego de la liberación del acusado de una de esas muertes.
Otro baño de sangre sucedió en el
barrio Quilmes de la ciudad de Corrientes, entre dos familias que viven hace
tiempo en la zona. Buena parte de los protagonistas fueron quienes desde hace
una década mantienen una enemistad insalvable, con el registro de tres
homicidios y una larga lista de heridos a balazos y puñaladas.
El sábado a la noche, luego de
que una de las partes supiera de la liberación de un acusado de uno de esos
tres asesinatos, volvió a producirse una “batalla”, con el saldo de cinco
personas, cuatro hombres y una mujer, con fracturas, cortes y palazos. El
escenario del reciente enfrentamiento fue la tristemente célebre calle Pizarro
al 3.000, al costado de la cervecería Quilmes, ubicada en la zona Sur de la
capital.
Pasada la medianoche, una pelea
de gran magnitud, de la que participaron al menos quince personas, culminó en
un drama que no tuvo un peor desenlace gracias a la intervención de la Policía
que desplegó a unos 50 hombres para separar a los bandos enemistados y rescatar
a los heridos. La confrontación habría comenzado cuando una de las familias
hizo saber su descontento por la liberación de un joven que, siendo menor de
edad, fue señalado como responsable del homicidio de un hombre de esa barriada,
en el año 2012, y también sospechado de provocar la muerte a un adolescente en
2013.
Poco a poco el clima fue subiendo
de temperatura. Primero existieron intercambio de insultos y amenazas. Luego
los miembros de dos familias, sumados a sus amigos, dieron pie a una pelea
dantesca armados con cuchillos, palos y armas de fuego de fabricación casera.
El resultado de los incidentes dejó la siguiente cantidad de heridos. Los
hermanos Eric y Sixto Ponce, de 22 y 23 años; Juan Borda, de 48; Amalia
Obregón, de 50, y Sergio Rafael Paredes, de 29.
Los Ponce sufrieron heridas
gravísimas, uno de ellos inclusive presenta fractura de cráneo. El resto
tendría quebradura de dedos, politraumatismos y cortes. De no ser por el
despliegue de efectivos del Grupo de Respuesta Inmediata Motorizada 1 (GRIM 1),
del Grupo Táctico Operacional (GTO), de la División Infantería y de la
comisaría Duodécima el saldo seguramente hubiera sido el de varias personas
muertas.
Contar en detalle la historia de
enfrentamientos demandaría varias páginas. Pero en resumen todo comenzó en
noviembre de 2005 con el crimen de dos hombres. Luego, a modo de represalias
sucesivas, fueron dejando heridos en “batallas” similares a las de ayer a la
madrugada. En 2012 mataron de un puntazo a Pedro Ávalos. Señalado como autor
fue un adolescente de 14 años, quien sería pariente de los Ponce. A dos semanas
del crimen de Ávalos se produjo en el barrio una confrontación de enorme
magnitud con mujeres lastimadas, un hombre con el brazo quebrado y otro con la
cabeza rota.
Luego, en 2013, ese menor ya de
15 años volvió a ser apuntado como responsable de quitarle la vida a un
muchacho de 16. La gente del barrio sabe de esta conocida rivalidad. Los
enemigos, para identificarse, se hacían llamar “Los de adelante” y “Los del
fondo”. “El problema entre esta gente es muy largo y está cargado de peleas y
agresiones mutuas. Hay denuncias cruzadas, cada vez que pueden intentan
matarse”, dijo una autoridad policial en el año 2011. El paso de los años sólo
parece incrementar el odio. Ahora sólo resta esperar un nuevo capítulo de esta
historia repetida. (Sudamericana)





