Se trata de las escuelas 116 y 930 del Paraje Campo
Grande; 754 del Paraje Grande Costa; 753 Rincón Navarro y 735 de Colonia Llano.
La vinculación entre estas escuelas correntinas con la
organización (empresa social) Agua Segura, con acciones a lo largo y a lo ancho
de todo el país, se concretó a partir de una propuesta presentada por dos
supervisoras de la zona correspondiente a los establecimientos educativos arriba
mencionados. La Agencia de Extensión Rural del INTA Corrientes con presencia en
el territorio, y por medio del Programa Pro-Huerta, brindó apoyo logístico y organizativo
en la venida de los capacitadores y concreción de los talleres.
Desde el proyecto Agua Segura, sus referentes
comentan que esta organización social, busca soluciones concretas ante la
crisis del agua, vital para el desarrollo humano. El consumo de agua segura es fundamental
para la nutrición, el desarrollo cognitivo, emocional, del lenguaje, físico, motor
y social de los niños es sus primeros años de vida.
Se trabaja con escuelas rurales, periurbanas y
urbanas, centros comunitarios y hogares para que accedan al agua segura.
De acuerdo a la Unicef, los
primeros años de escolaridad son fundamentales para el desarrollo saludable de
los niños. Sin embargo, en Argentina son miles las escuelas y centros que no
cuentan con agua segura o conviven con desafíos relacionados con el agua.
El
acceso a agua segura promueve avances en el desarrollo humano, incluyendo beneficios
en la salud pública y la educación: reduce la mortalidad, previene enfermedades
y posibilita el ahorro de los gastos en tratamientos médicos. Asimismo, el
tiempo ocupado en acceder a una fuente segura de agua se traduce en una mayor
productividad de la población y mayor asistencia de los niños a las escuelas.
Con
tecnología innovadora y educación, se puede transformar la realidad
Los
técnicos de la agencia del INTA Corrientes, comentaban sobre la importancia de
este tipo de capacitaciones en los parajes y escuelas, donde se consume agua
que no posee un tratamiento apto el consumo. La educación sobre hábitos de
higiene y salud, disminuye las posibilidades de contraer enfermedades.
Por
ello, el principal objetivo del Programa apunta a contribuir a la calidad de
vida, hábitos de higiene y sus buenas prácticas en la comunidad.
Entre
los objetivos específicos que presenta el programa, hace mención a la calidad de vida: brindando agua segura de
manera inmediata en la institución escolar para disminuir la incidencia de
enfermedades transmitidas por el consumo del agua no tratada; generar cambios
de hábitos de higiene y salud en los niños junto a la participación activa de
maestros y directores quienes lo reforzarán de forma activa y constante; concientizar
sobre el consumo de Agua Segura y generar interés en prácticas saludables previniendo
enfermedades.
Innovación:
lograr que la comunidad escolar se apropie de la tecnología implementada, reconociendo
su valor a través de su uso y cuidado.
Trabajo
en red: Empoderar a las personas involucradas para que sean protagonistas del
cambio.
Basados
en principios formativos y didácticos, los capacitadores del proyecto Agua
Segura, utilizaron la herramienta educativa para el cambio de hábitos:
•
Enseñando a usar y cuidar la tecnología.
•
Enseñando qué son las bacterias, virus y parásitos presentes en el agua sin
tratamiento.
•
Incorporar hábitos saludables para prevenir enfermedades.
•
Comprender el ciclo del agua.
•
Entender la importancia del agua segura como derecho humano.
El
programa aporta además un paquete tecnológico que consiste en acercar
conocimiento sobre el uso de filtros microbiológicos LifeStraw® (sistema de ultrafiltración
nombrado por la OMS como la más alta tecnología para tratamiento de agua). Ósmosis
Inversa (R.O.). Cosecha de agua de lluvia. Protección de vertientes. Materiales
didácticos para las capacitaciones (microscopios, tizas, hojas, crayones,
láminas).
Donde hay agua segura,
seguro hay huerta*
En
este mismo sentido y aprovechando las capacitaciones que brinda el programa
Agua Segura, desde el Pro-Huerta de la agencia Corrientes, trabajan
paralelamente en capacitaciones en el armado de huertas orgánicas, donde
participa toda la comunidad educativa.
De
esta manera dos programas de proyección nacional, Pro-Huerta y Agua Segura,
comparten la misión de co-diseñar una cadena de valor que cree e implemente
soluciones inmediatas y replicables, contribuyendo al desarrollo de comunidades
sostenibles.
*La
presente nota, está dedicada el Técnico José Luis Rodríguez, del Programa
Pro-Huerta, recientemente fallecido, quien participó en la organización de las
capacitaciones y talleres de Agua Segura en las escuelas rurales de San Luis
del Palmar.







