La misa central fue presidida por Monseñor José Adolfo Larregain en el
atrio de la parroquia San Luis Rey de Francia de San Luis del Palmar. Tras la
celebración se inició una caravana solidaria por las calles centrales donde se
recibieron donaciones. “Nos dirigimos a cuatro puntos cardinales del pueblo,
para bendecir con el Santísimo Sacramento y la presencia de nuestro Santo
Patrono a todo el pueblo”, sostuvo el padre Epifanio Barrios. En los lugares de
bendición se recibieron mercaderías para el seminario La Encarnación y el
merendero local.
“Anoche hicimos el saludo correspondiente, con muy poca gente en toda la
plaza. Se prendieron las luces de afuera del templo, que son nuevas, ya que el
templo de más de 100 años se está reparando totalmente”.
El padre Epifanio se mostró conmovido por la situación de crisis que
muchas familias viven por la pandemia de coronavirus y expresó que la
oportunidad de recorrer las calles y los hogares, es para poder “alentar a la
gente que a su paso llora, se desahoga. La situación está pesada, se nota en el
merendero, que ya está desbordando por todos lados”, describió. Sobre este
último punto detalló, que son casi 400 niños y sus familias a los que dan
asistencia alimentaria.
Pese a las dificultades, San Luis del Palmar es un pueblo “muy generoso”.
“Hoy por ejemplo, uno de los puntos a los que vamos, organiza Cáritas, y se
está pidiendo leche, harina grasa, azúcar y cocido”.
Consultado por sus sensaciones ante la realidad actual, reflexionó: “Yo
ya pasé por todo. Hoy me levanté con unas ganas de llorar. No se si por estar
viejo o sensible. Ya sufrí mucho por las inundaciones y ahora con esto. La
verdad, duele mucho, pero es en esta situación en la que la fe nos tiene que
seguir sosteniéndonos. No hay otro camino”, aseguró.





