Tras la llegada de las miles de personas que desandaron el largo camino rumbo a la Basílica, se realizó la celebración principal ante el santuario de la Virgen. El obispo de Oberá, monseñor Damián Bitar, instó a no buscar el logro de las metas por el camino equivocado. “El que quiera ser el primero, debe hacerse el último, el servidor de todos”, afirmó. Con la llegada del grueso de los jóvenes que peregrinaron en esta oportunidad, se celebró la misa central en Itatí como corolario de la XXXIII Peregrinación Juvenil que se realizó bajo el lema: “Nuestra vida, nuestros sueños junto a María”.
La ceremonia fue concelebrada por el Arzobispo de Resistencia, monseñor Fabriciano Sigampa; los obispos de Reconquista, monseñor Ramón Dus, y de Goya, monseñor Ricardo Faifer; y el obispo de Oberá, monseñor Damián Santiago Bitar; quien predicará en la eucaristía.
“Nuestra vida y nuestros sueños están junto a tí, María, depositamos en tu corazón nuestra vida y nuestras familias, la de nuestros amigos y jóvenes del NEA", dijo Bitar al iniciar su homilía ante una plaza colmada por peregrinos procedentes de distintas ciudades de Corrientes, Misiones, Chaco y el norte de Santa Fe.
El religioso llamó a no buscar el logro de las metas por el camino equivocado. “El que quiera ser el primero, debe hacerse el último, el servidor de todos”, afirmó, al tiempo que señaló que "la meta del consumismo asfixiante, el del poder y tener a toda costa, el del placer a cualquier precio, es una trampa que quebranta la paz y la unidad en las familias, en las instituciones y en la sociedad".
Bitar ponderó "la humildad y la actitud de servicio" como las claves para ser primeros y encontrar el sendero de la verdadera felicidad que está más en dar que en recibir. "Este fue el camino de Jesús, este fue el camino que hizo y hace plena la vida de los santos, aún “nadando” o mejor viviendo contracorriente", recordó.
En el final de su discurso, el obispo de la ciudad misionera de Oberá llamó a los jóvenes a "tener miedo" de tomar la antorcha para encender el mundo con la luz de Cristo Resucitado. "Sin él no hay futuro, sin él la vida no cierra. Dejen que Jesús los mire y los llame por su nombre, ¡Ven y sígueme!”.
EL MANIFIESTO
En el final de la celebración, se leyó, como todos los años, el manifiesto de los jóvenes peregrinos.
"Como jóvenes queremos dejar a los pies de nuestra madre los sueños y la vida de la juventud del NEA y de Argentina.
Queremos que el grito de nuestros jóvenes se escuche, especialmente el de aquellos que viven la secuela de la pobreza.
La crisis familiar nos lastima a quienes soñamos con un proyecto de vida basado en el amor y la comprensión.
Nos duele profundamente y nos sentimos impotentes ante el suicidio de muchos jóvenes porque todo les resulta relativo y sin sentido.
La ausencia de oportunidades laborales, nos limita en el desarrollo personal, y en muchas ocasiones nos empuja a emigrar en búsqueda de nuevas oportunidades.
Los jóvenes sufrimos el desvanecimiento de la concepción integral del ser humano en relación con el mundo y con Dios.
Hoy cuando tanto se habla de exclusión: el gran excluido de la sociedad argentina es Dios mismo. Nosotros los jóvenes católicos, nos sentimos marginados de una sociedad que no contempla y no recuerda la identidad de las raíces de nuestros pueblos y pretende sumirnos en la nada desde la intolerancia, la indiferencia, la banalización de lo sagrado, y la falta de respeto hacia la fe de cada persona.
¡CRISTO ES NUESTRA VIDA!
Por ello, para evitar la desintegración de nuestras vidas, los jóvenes de la Región del NEA apostamos a la autoafirmación desde un proyecto que no excluye a Dios en nuestro camino. Él se hace presente en nuestra historia y en la de nuestros pueblos.
Queremos ser “Apóstoles de la Juventud”, para anunciar con alegría y esperanza a aquél que lo da todo y no quita nada. Es Jesucristo en quien depositamos nuestros sueños y auténticos anhelos de transformar la realidad, de construir la Civilización del amor.
Es necesario que todos nos formemos para ser protagonistas en la acción social y política y el cambio de estructuras, conforme a la Doctrina Social de la Iglesia, optando por el anuncio evangélico a todos, especialmente a los mas pobres y necesitados sin excluir a nadie.
El Espíritu Santo nos impulsa hacia una Nueva Evangelización, nos hace cruzar el umbral de la puerta de la Fe, desde donde todo se hace posible con la mirada misericordiosa de un Dios que quiere ser presencia amorosa en la vida de todos.
Creemos que todos los jóvenes tenemos capacidad para oponernos a la adicción de la droga, al placer desordenado, al alcohol, al uso indiscriminado de la comunicación virtual, y toda forma de violencia.
Queremos acompañar a todos, anunciando el amor que el Dios de la vida tiene por cada uno. No tememos al sacrificio ni a la entrega de la propia vida.
María, Nuestra Señora de Itatí, te entregamos nuestros sueños y te pedimos que renueves nuestra esperanza, especialmente la de tantos jóvenes que aún no conocen a tu Hijo Jesús para que en él encuentren vida plena". (texto: Época)
IMAGENES DE PATRULLA RADIAL