Media docena de móviles policiales persiguieron ayer a un
delincuente que, a mano armada, estaba perpetrando robos callejeros en distintos
puntos de la ciudad. Cuando logró escapar a bordo de una motocicleta, se
introdujo en su casa del barrio Pío X y tiró el revólver de grueso calibre en la
vereda. Mientras los peritos realizaban el levantamiento de huellas y pruebas en
el lugar, fueron atacados por varios “compinches” del delincuentes, al igual que
los patrulleros, que resistieron y resguardaron el lugar.
El hecho ocurrió alrededor de las 12 cuando efectivos de la
Dirección de Investigación Criminal y Comando de Patrulla detectaron a un
delincuente, de frondoso prontuario, en actitud sospechosa en la vía
pública.
Cuando el delincuente notó los móviles policiales decidió darse
a la fuga ya que fue sorprendido justo después de cometer un robo
callejero.
El procedimiento terminó con una casa rodeada en avenida del
IV Centenario (Mendoza al Sur) y calle Pirovano, donde se introdujo velozmente
el malviviente, dejando en el piso un revólver, presumiblemente calibre .32 con
dos cartuchos intactos en su interior.
Fuentes policiales indicaron que
el maleante ingresó a la casa y habría amenazado a los efectivos con otro arma
de fuego, pero éstos no podían entrar ya que no tenían orden de
allanamiento.
No obstante ello, efectivos de la división Pericias de la
Policía provincial llegaron hasta el lugar para el levantamiento de pruebas y
huellas en el arma pero, mientras realizaban su trabajo, fueron brutalmente
atacados a piedrazos por una banda de inescrupulosos jóvenes “compinches” del
malandra que se escondió en su casa.
Por varios minutos los peritos y los
uniformados debieron refugiarse en los móviles debido a la “lluvia” de cascotes
que venían desde adentro de los pasillos del barrio.
Más tarde, varios
móviles llegaron como apoyo al lugar para resguardar la integridad de los
policías que se encontraban trabajando y otros tantos comenzaron a patrullar las
calles internas del barrio para determinar desde dónde llegaba la agresión. Como
sucede en estos casos, los cobardes que arrojaban piedras, que por poco no
lastiman a unos niños que estaban frente a la escena, se dieron a la fuga.
Finalmente se supo que una persona se habría presentado en la comisaría Séptima
para realizar una denuncia por robo, que involucraría a este delincuente.
(Época).