El procedimiento se originó tras el aviso de una *guardaparque del Parque Nacional Mburucuyá*, quien alertó que en esa vivienda se practicaba *mascotismo y venta de animales autóctonos*.
Al llegar al domicilio, la mujer *entregó voluntariamente* los animales que tenía en cautiverio:
- *1 mono carayá*,
- *2 loros barranqueros*,
- *4 palomas torcazas*,
- *1 chajá*,
- *1 tatú mulita*,
- *3 aguapé haso (viejas del agua)*.
El fiscal Osvaldo Ojeda ordenó que todos los ejemplares sean entregados a personal de Recursos Naturales para su evaluación y recuperación, sin avanzar con actuaciones judiciales.
Una situación que vuelve a poner en foco el tráfico y tenencia ilegal de especies protegidas.


